Cómo integro la acupuntura en mi estabilidad.

Cómo la acupuntura me ayuda a mantener el equilibrio emocional. Una conversación íntima con mi terapeuta Amaua.

Cómo integro la acupuntura en mi estabilidad.
Photo by notorious v1ruS / Unsplash

La semana pasada fue intensa la verdad, y no publiqué el post de rigor.
Tuve el preestreno del documental, un momento muy especial que todavía estoy digiriendo y que te contaré con calma en otro post.
Pero entre eso, el ritmo interno y el externo, no conseguí parar.

Si me lees habitualmente, ya sabes que lo que comparto aquí me tiene que salir solo, desde un lugar muy natural. Y aunque me están pasando muchas cosas, no me salió escribir.

Lo que sí hice la anterior semana, fue tener una conversación preciosa con mi terapeuta de Medicina Tradicional China, Amaua, que hoy te comparto.
La tienes más abajo, y también en formato podcast por si prefieres escucharla.

Aprovechando ese encuentro, quiero contarte cómo he ido integrando la acupuntura como parte de mi estabilidad emocional desde el diagnóstico.

Hace unos seis años que empecé a acudir a la consulta de Amaua. Tardo una hora en llegar y otra en volver, pero ese tiempo también forma parte del proceso. Es un espacio sagrado para mí. A veces lo dedico a escucharme, a pensar sin prisa o simplemente a observar lo que hay fuera y dentro. Llegar a la consulta ya es, en sí, parte de la terapia.
Las sesiones suelen durar una hora: media hora de conversación (de escucha activa), y la otra media de intervención, ya sea con acupuntura u otras técnicas según lo que esté ocurriendo en ese momento.

En aquel momento, como probablemente ya sabrás, mi punto débil eran los pulmones —que, según la medicina china, tienen que ver con los límites. Con el tiempo, y a través de este trabajo constante, he notado una mejoría drástica en ese plano. Como si al aprender a marcar mis propios límites, el cuerpo hubiera empezado a respirar de otra forma.

Algo que siempre me ha fascinado de la medicina china es su mirada holística. Y en mi forma de entender el mundo, eso es esencial.
Cuando recibí mi diagnóstico, Amaua no se sorprendió. Ella ya había “visto el fuego en mí” —esa energía de la hipomanía.
Durante la depresión no fui a verla, pero está documentado que la acupuntura puede ser de gran ayuda también en esos momentos.

Ahora, en eutimia, voy cada dos semanas. No para “arreglarme”, sino para mantener el equilibrio.
Cuando empiezo a notar que me desestabilizo —ya sea hacia abajo o hacia arriba—, encuentro en la acupuntura una herramienta que me ayuda a reajustar. Y me está funcionando.

Más allá del efecto regulador, la medicina china me ha ido enseñando a escuchar mejor mi cuerpo y mi mente.
Cada sesión es también un espacio de introspección. Una forma distinta de hacerme preguntas y de entender los procesos internos no solo como síntomas, sino como mensajes.
En mi caso, ha sido —y sigue siendo— una forma de terapia profundamente conectada con lo físico, pero también con lo simbólico.

Además, con Amaua tenemos un trueque precioso: yo la acompaño en su comunicación, y ella me acompaña con su medicina.
Grabamos juntas un curso sobre "programa de mantenimiento de la salud" organizado en módulos según las estaciones del año, desde la perspectiva del Tao. Y gracias a eso también, estoy descubriendo un nuevo universo que me permite hacer sentido de muchas de las cosas que estoy sintiendo.

Tiene todo el sentido que el invierno —el elemento agua— sea más propenso a la tristeza y la introspección, y que el verano —el elemento fuego— tienda a activar la euforia.
Ese tipo de comprensión me ayuda a ubicarme mejor, a no temer tanto lo que llega.

Sé que para muchas personas la acupuntura sigue siendo una incógnita.
Y en países como España aún no se le da el lugar que merece.

En Suiza, la medicina integrativa tiene cada vez más presencia. Desde 2012, varias terapias complementarias, como la acupuntura, están cubiertas por el seguro público. En Francia también. Y en muchos países de Latinoamérica, la medicina integrativa está en plena expansión.

Quería compartir que, aunque sigo con mi tratamiento con litio y mis visitas al psiquiatra, siento que la acupuntura me ha ayudado a salir a flote mucho más rápido tras el diagnóstico.
Y sigo notando su efecto regulador cada vez que empiezo a descentrarme.

Aquí te dejo la conversación con Amaua.
Hablamos sobre vocación y el concepto del Té como virtud, algo que también mencioné en otro post del blog
Por si te resuena.

Y un adelanto: cuando vuelva de sus prácticas en un hospital en China, Amaua tendrá su propio episodio en el podcast, donde hablaremos en profundidad sobre bipolaridad y medicina china. Será a la vuelta del verano.